A un completo proceso de reestructuración fue sometida la Contraloría de la Universidad de Valparaíso, con el propósito fundamental de apoyar la gestión institucional a través de un inédito sistema de control del riesgo puesto al servicio de las autoridades universitarias. “Pasamos de una Contraloría que resolvía problemáticas entre cuatro paredes a una Contraloría que se pone a disposición de la Universidad, ve los aspectos que son relevantes y con eso colabora para el cumplimiento de los objetivos estratégicos de la institución”, sostiene el contralor de la institución, el abogado Cristian Moyano.

Moyano fue nombrado contralor en diciembre de 2010 por la Junta Directiva de la UV, cargo que asumió en enero de 2011. En marzo de ese año presentó un proyecto de reestructuración. “Principalmente, la idea de esta reestructuración de funciones tiene que ver con que se necesita un órgano de control que esté en los distintos niveles de la gestión institucional, de modo de garantizar el cumplimiento de planes así como el estricto apego a las normas vigentes, lo que constituye un apoyo fundamental para todos los niveles de la organización. Tenemos un trabajo muy estrecho con la Fiscalía General, de modo que aun cuando cada uno tiene un rol específico que cumplir, buscamos la manera de que la actividad universitaria se desarrolle de la mejor manera posible y cumpliendo con los estándares que la legislación nos impone”.

Según explica el contralor, se trabaja con una metodología que se traduce en una política de gestión del riesgo y que se viene aplicando hace ya bastante tiempo en las contralorías en general, tanto del ámbito privado como público, en Chile y en el extranjero. Lo anterior significó la elaboración de una matriz de riesgo, que permite alertar respecto de situaciones que puedan poner en peligro la ejecución de ciertos planes y proyectos comprometidos. Con ello se trabaja con el nivel directivo, apoyando su gestión proactivamente de modo de evitar incumplimientos. Así quedó establecido incluso en el último proceso de evaluación institucional, en el que se detalla cómo opera este sistema.

“Tenemos una mirada respecto de los problemas que puede haber en el camino. Y esa metodología la estamos aplicando para el plan de desarrollo institucional, incluso para proyectos. Trabajamos en los procesos operativos con la autoevaluación y como resultado de ello contamos ya, antes de la visita de pares evaluadores, con una matriz de riesgo operativa”, afirma la autoridad.

El contralor explica que este desarrollo en materias relacionadas con la gestión no descuida las funciones más propias de resguardo del patrimonio, aunque es claro en afirmar que dichas situaciones hoy no representan un problema central para la institución. “Claramente vivimos un momento distinto, hoy nuestra casa de estudios no admite cuestionamientos en materia de probidad, y ese es un asunto muy relevante; no en vano la Universidad de Valparaíso figura en los primeros lugares del ránking de transparencia”, afirma.

Más personal

Para cumplir con sus objetivos, la Contraloría realizó un proceso de contratación de personal con miras a reforzar su capacidad de trabajo, sumando a cinco nuevos auditores, totalizando siete. Además, modificó la estructura de departamentos, reemplazando el de Auditoría y Fiscalización por el de Control de Gestión, y el de Control Legal por el Control de Juridicidad. “Se trata de un cambio estructural, para que en este segundo semestre podamos dar frutos en términos de tener las matrices construidas, puestas a disposición del Comité de Riesgo y que éste pueda tomar decisiones de cómo ir mejorando los procesos. Hemos profesionalizado el área, la hemos fortalecido, para ponerla a disposición de las autoridades. Y en un mediano plazo queremos repetir esta experiencia en las facultades; o sea, ser capaces de ir hacia el decano y el Consejo de Facultad, levantar con ellos las matrices internas, de sus propios riesgos, y generar un trabajo en tal sentido”.

Publicado viernes 10 de agosto de 2012